A dos años del bicentenario de una de las gestas más
importantes de este país como estado soberano, nos encontramos hoy, en el
inconsciente colectivo con solo un vago recuerdo de lo que fue aquella proeza
heroica y muy difícil, es hora de preguntarse por qué el desinterés general y qué pasó realmente en
esas jornadas.
El mundial todo lo tiñe y lo opaca, la celeste y
blanca (camiseta) parece ser lo único que puede aglutinarnos y hacernos
recordar el país que somos, el 9 de julio es para muchos solamente la fecha
que jugamos semifinales de este juego
fantástico que es el fútbol. En cuanto a
los ministerios de educación, parece ser que año tras año se ha ido perdiendo
también la perspectiva de la importancia de esta fecha, yo que tengo ya algún
tiempo transcurrido en esta vida, recuerdo que el 9 de julio era la fecha más
importante para la escolaridad y uno de los actos más trascendentes, e imposible
olvidar las grandes jornadas, de padres, alumnos y docentes, con bailes,
teatro, música y para el final, el gran chocolate. Pero hoy todo eso quedo
atrás y se decide no solo trasladar el acto sino programar también las
vacaciones de invierno justo en la semana de su conmemoración, una pena.
En 1816
también teníamos problemas y mucho más serios (creo), el Alto Perú, estaba
prácticamente perdido, solo los infernales del gran caudillo salteño Martín Miguel de Güemes, sostenían esa frontera con arduas luchas y mucha sangre
vertida. El rey Fernando VII, era restaurado en su trono y los ojos imperiales
se habían vuelto a posar sobre nosotros, y San Martín Y Belgrano hacían lo que
podían con un ejército diezmado y un país con divisiones internas que habían
provocado la Caída del Directorio.
La decisión de concretar un congreso general no solo
era discutida por todos sino que también era rechazada por muchos, pero aún así
Tucumán fue el lugar elegido y muchos diputados marcharon hacia allí, otros no.
Las provincias del litoral comandadas por Artigas no apoyaron esta
convocatoria, hoy entre las voces que resuenan en aquella histórica casa, da un
poco de pena no escuchar las de la provincia de Santa Fe, pero eran otros tiempos
y otras luchas.
El congreso comenzó el 24 de Marzo, con 33 diputados,
fueron largos Meses de discusión sin temas específicos y con presidencias que
giraban mensualmente, con criterios dispares sobre formas de gobierno y control
del poder y sobre todo de cómo llevar adelante las provincias unidas del Río de
la Plata.
Pero la voluntad de hombres con espíritu visionario y
alto grado de libertad hicieron que el 9 de julio de 1816 se pueda llegar a una
votación favorable y se proclame definitivamente nuestra independencia y que la
América recupere su soberanía de la corona de Castilla.
El acta de aquel glorioso día tiene la firma de los
hombres que participaron de esta gesta, pero la independencia fue lograda por
todo un pueblo que derramo durante mucho tiempo lágrimas y sangre para
obtenerla. Un pueblo que nos demanda hoy respeto, memoria, esfuerzo y
dedicación para poder mantener y honrar
lo que se supo conseguir.
Gustavo Botto
Profesor de historia