martes, 30 de septiembre de 2014

1816 - 9 de Julio - 2014

A dos años del bicentenario de una de las gestas más importantes de este país como estado soberano, nos encontramos hoy, en el inconsciente colectivo con solo un vago recuerdo de lo que fue aquella proeza heroica y muy difícil, es hora de preguntarse por qué  el desinterés general y qué pasó realmente en esas  jornadas.
El mundial todo lo tiñe y lo opaca, la celeste y blanca (camiseta) parece ser lo único que puede aglutinarnos y hacernos recordar el país que somos, el 9 de julio es para muchos solamente la fecha que  jugamos semifinales de este juego fantástico que es el fútbol.  En cuanto a los ministerios de educación, parece ser que año tras año se ha ido perdiendo también la perspectiva de la importancia de esta fecha, yo que tengo ya algún tiempo transcurrido en esta vida, recuerdo que el 9 de julio era la fecha más importante para la escolaridad y uno de los actos más trascendentes, e imposible olvidar las grandes jornadas, de padres, alumnos y docentes, con bailes, teatro, música y para el final, el gran chocolate. Pero hoy todo eso quedo atrás y se decide no solo trasladar el acto sino programar también las vacaciones de invierno justo en la semana de su conmemoración, una pena.
 En 1816 también teníamos problemas y mucho más serios (creo), el Alto Perú, estaba prácticamente perdido, solo los infernales del gran caudillo salteño Martín Miguel de Güemes, sostenían esa frontera con arduas luchas y mucha sangre vertida. El rey Fernando VII, era restaurado en su trono y los ojos imperiales se habían vuelto a posar sobre nosotros, y San Martín Y Belgrano hacían lo que podían con un ejército diezmado y un país con divisiones internas que habían provocado la Caída del Directorio.
La decisión de concretar un congreso general no solo era discutida por todos sino que también era rechazada por muchos, pero aún así Tucumán fue el lugar elegido y muchos diputados marcharon hacia allí, otros no. Las provincias del litoral comandadas por Artigas no apoyaron esta convocatoria, hoy entre las voces que resuenan en aquella histórica casa, da un poco de pena no escuchar las de la provincia de Santa Fe, pero eran otros tiempos y otras luchas.
El congreso comenzó el 24 de Marzo, con 33 diputados, fueron largos Meses de discusión sin temas específicos y con presidencias que giraban mensualmente, con criterios dispares sobre formas de gobierno y control del poder y sobre todo de cómo llevar adelante las provincias unidas del Río de la Plata.
Pero la voluntad de hombres con espíritu visionario y alto grado de libertad hicieron que el 9 de julio de 1816 se pueda llegar a una votación favorable y se proclame definitivamente nuestra independencia y que la América recupere su soberanía de la corona de Castilla.
El acta de aquel glorioso día tiene la firma de los hombres que participaron de esta gesta, pero la independencia fue lograda por todo un pueblo que derramo durante mucho tiempo lágrimas y sangre para obtenerla. Un pueblo que nos demanda hoy respeto, memoria, esfuerzo y dedicación para poder  mantener y honrar lo que se supo conseguir.

Gustavo Botto

Profesor de historia

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