A pesar de la contradictoria vida de Sarmiento, de los aciertos y los errores que un humano puede llegar a cometer, sin lugar a dudas ha contribuido con el desarrollo de la educación en nuestro país y el de Latinoamérica.
Durante su Presidencia (1868-1874) se propuso elevar el nivel social de amplios sectores de la sociedad a partir de una fuerte acción educativa impulsada por el Estado.
En una época donde la educación solo era para sectores privilegiados, Domingo Faustino Sarmiento dijo: “Lo que necesitamos primero es civilizarnos, no unos doscientos individuos que cursan las aulas, sino unos doscientos mil que no cursan ni las escuelas”.
Su pasión siempre fue la “educación popular” o también llamada “educación nacional”.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp11-MYVhxxDbA1mvLHQynKy63zaxZetPJn4DUrdbX3R9FVeHU0WQfRyKvYnr19tS0K8bCkCw8Dvbb-ojsBOSS_Z5gaCj_u68x6qLf3QbnJxWjsLlJmqcDldw6WXVp4YIYAdf0_EaUVQJd/s1600/Sarmiento.jpg)
Además, por más que muchos actores políticos de la época no estuvieron de acuerdo con algunas de sus medidas, él nunca se apartó de su idea de progreso, manteniendo que era necesario educar al pueblo en la verdadera democracia, enseñarles a todos lo mismo, para que todos sean iguales, y para eso necesitaba hacer de toda la república una escuela. Sus decisiones rompieron con los cánones de aquellos tiempos “la escuela para todos; el colegio para los que pueden; la universidad para los que quieran”.
Durante la presidencia de Roca ejerció el cargo de Superintendente General de Escuelas del Consejo Nacional de Educación. En 1882, logró la sanción de su viejo proyecto de ley de educación gratuita, laica y obligatoria, que llevará el número 1420. Por supuesto, no puede verse en esta postura un rasgo de ateísmo o actitud contraria a la religión. Sarmiento estaba convencido de la mayor eficacia de la educación laica y por otra parte, creía que la imposición de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas se oponía a los principios de libertad sostenidos en la Constitución de 1853.
Por estos grandes aportes en ámbito de la educación, en 1943, a 55 años de su fallecimiento, la Conferencia Interamericana de Educación -integrada por educadores de toda América- se reunió en Panamá y estableció el 11 de septiembre como Día del Maestro.
A pesar de sus contradictorias decisiones políticas dentro de su forma de pensar, de dividir a la sociedad en civilización y barbarie, de sus maltratos a personas que pensaban diferente a él, no se puede negar que este personaje de la historia argentina, trascendió a la hora de hablar de educación y representa la lucha de miles de maestros que a diario recorren cientos de kilómetros, realizan otros tantos sacrificios y aplican nuevas formas de enseñanzas para que nuestro país avance año a año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario