martes, 19 de julio de 2016

Editorial - Edición Nº 37

Los pueblos que tienden a olvidar su pasado es muy probable que estén propensos a repetirlo, un pueblo que no se preocupa por contar su historia hasta que se aprenda, está condenado a olvidar sus raíces.
200 años puede ser mucho tiempo o simplemente un suspiro, todo depende de cómo se quiera ver, estamos hablando del  bicentenario del 9 de julio, un intento de libertad, de independencia que pretendió ser definitiva. Muchos decimos que somos un país joven, con una cultura incipiente y en formación, pero ¿no han sido suficientes 200 años? ¿No debimos crecer y madurar en este tiempo? ¿No fueron suficientes los modelos que tuvimos y no supimos seguir?
En 1816 el país estaba dividido, la sociedad estaba fracturada, Unitarios y Federales, desangraban nuestra tierra y sin embargo hubo algunos que se dieron cuenta que el enemigo externo podía terminar con los ideales de los hombres de Mayo, la gesta fue heroica y sin precedentes. Pero olvidamos esos ejemplos, recordamos muy poco los lugares, casi nada las fechas y totalmente a los hombres, equivocamos los caminos para enseñar, partimos de diagnósticos poco profundos, nos negamos a aprender, no queremos asumir que la independencia es necesaria asegurarla, construirla día a día, fortalecerla.
Los hombres de Tucumán pensaron un país donde la sociedad haga del individuo un hombre libre, independiente, solidario, educado, con ideales que aporten a una construcción colectiva. Nos estamos convirtiendo en una sociedad que expulsa, en una escuela que en pos de la inclusión, crea cada vez  grietas más profundas y diferencias más notorias.
Como profesor y educador nos veo muy lejos de eso, lejos de pensar a largo plazo, de mirar al otro, de reconocer nuestros errores, de querer corregirlos, lejos de pensarnos  como un ser social y no como individuos aislados.
 Si este 9 de julio serviría para que profundicemos en nuestro interior la frase de Nelson Mandela: “Para ser libres no se necesita despojarse  de las propias cadenas, sino vivir de una manera que respete y potencie las libertades de otros “, tal vez y solo tal vez estemos más cerca de ser una sociedad independiente, libre y soberana.


 Gustavo A. R. Botto
 Presidente
Mutual  A.M.E.N.

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