Así como las ciudades de la Grecia Antigua se
paralizaban cada vez que los juegos olímpicos se llevaban a cabo y el accionar
político se detenía para ocuparse de lleno en el deporte, hoy sucede algo similar
cuando el seleccionado argentino de fútbol debe disputar un partido en un
Mundial.
Como sucedió en Brasil 2014, el país o para
acercarnos más, la ciudad, se detuvo y los ruidos vehiculares cesaron, cada vez
que Argentina saltó al campo de juego. Ni oficinas, ni Escuelas, ni Bancos
pudieron mantenerse al margen por 90 minutos para alentar, conformes o no, a la
Selección.
El 20 de
junio, Día de la Bandera, en Rosario se vivió como siempre. Banderas adornaron
las calles, los balcones, desde el primer día del mes de junio.
Sin embargo, lo que cambió por estar rodeados por el
Mundial de fútbol, fue encontrarse con aquel que debajo de su abrigo dejaba
asomar el cuello de la camiseta albiceleste u observar a algunos grupos de
amigos que liberaban cánticos nacidos en tierras brasileñas pero con autores
nuestros, símil himnos que alegraron las voces de nuestro pueblo.
Siguiendo la misma línea, Daniel Batistti, profesor
de sociología en la Tecnicatura de Periodismo Deportivo, realizó un análisis de
la relación entre el deporte y la sociedad. “Si hablamos de sociedad, tenemos
que analizar primero la política con respecto a los eventos deportivos. Porque
impulsar el deporte, ayuda a que muchos comiencen a realizar estas prácticas
sanas para mejorar su calidad de vida y por lo tanto, las políticas adhieren a
esta idea”.
Además, agregó: “Los gobiernos utilizan al deporte
para elevar el patriotismo, la unión de un país con respecto a un objetivo en
común, festejos y tristezas comunes. Por ejemplo, decimos que la Selección de
fútbol representa a la Argentina, sin embargo, a lo que representan es al
fútbol argentino. Ese límite se encuentra difuso por todo lo que significa este
juego a nivel mundial”.
Por otra parte Batistti concluyó: “Estos momentos de
la historia, sirven para fomentar el sentido de pertenencia en masas, porque se
nota a miles realizando prácticas que consciente o inconscientemente hacen a
valorar su país en reuniones frente a un televisor o pantalla gigante esperando
para gritar un gol que los deje en la cima del mundo”.
En otro sentido, no hay que olvidarse ni descartar a
aquellos que por sus razones, siguen sin defender lo suyo y lo critican o a
otros que no les interesa el deporte y no siguen estas costumbres.
Lo ideal en este caso, lo que desearían aquellos que
dieron la vida por este país, sería tratar de promover las prácticas
patrióticas durante todo el año.
Recordar cada fecha como si fuese un cumpleaños de un ser querido, porque en
definitiva son momentos que construyeron la historia de nuestro territorio.
Lugar donde podemos cumplir nuestros sueños a medida que la vida avanza y las
oportunidades se nos presentan.
Es fácil
mirar hacia afuera y quejarnos de lo que no funciona aquí, sin embargo se puede
cambiar, hay que ser optimista y valorar lo propio, lo de acá.
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